Desde la crianza del dinero privado hasta la crianza de la tierra. Números, números, números. Asuntos financieros. Banca privada. Intereses privados. Manejo de dinero, presupuestos, inversiones, administración de efectivo, retorno de la inversión, competencia, retorno del riesgo, crecimiento, crecimiento, crecimiento; ese era mi mundo, hace poco tiempo... Cuando comencé en esta industria, pensé que ganar dinero me haría feliz. Antes de tener ese pensamiento sobre el dinero, durante mi infancia, también sentí que tendría que hacer alguna acción significativa, dedicarme a algo más grande que yo. Esto conllevaría ética y valores humanos. Sí, tomé un camino contradictorio, probablemente por miedo. Aún así, cómodamente sentado en mi oficina, todo estaba en silencio. Solo mis pantallas mostraban vida y acción. Conectado digitalmente a la realidad, quería cambiar el mundo, empezando por la industria financiera, solo por mí mismo, solo en mi mente, solo en teoría. Soñador ingenuo, sensible y optimista, tuve algunos intentos fallidos. De hecho, lo primero y lo único que tuve que cambiar fui a mí mismo. Encontrarme a mí mismo, reconectarme con mi Naturaleza humana, reconectar mi humanidad con la Naturaleza y ser el cambio que quería ver.